La jalea real la segregan las abejas obreras y es el primer alimento que reciben las larvas durante los primeros tres días después de hacer eclosión los huevos puestos por la reina. A pesar de salir del mismo huevo, si lo que quieren es formar una nueva reina, alimentan con jalea real una de estas larvas durante doce días, y de este modo sale una nueva reina, una superabeja de abdomen más grande y preparada para ser fecundada y poner millones de huevos. En estas celdas es donde se acumula la mayor cantidad de jalea real y es de donde se extrae para poderla comercializarla. Es el único producto que no recolectan las abejas, sino que lo fabrican ellas mismas.
La jalea real que comercializamos no es de producción propia. El clima que tenemos no es el adecuado para producirlo, lo cual hace que en este producto no podamos competir con el que producen en otros países. Y sucede lo mismo en toda Europa; por lo tanto, la jalea real que comercializamos es extracomunitaria.