Cuando termina la temporada apícola, el trabajo de los apicultores no se detiene. Es el momento de revisar, limpiar y preparar las colmenas para asegurar que las abejas tengan un entorno saludable y productivo el año siguiente. El cuidado de las colmenas es fundamental para mantener colonias fuertes y obtener una miel de máxima calidad, como la que producimos en l’Avi Lluís.
El primer paso es revisar el estado de las colmenas después de la cosecha. Se comprueba que no haya grietas ni humedad, y que la madera esté en buenas condiciones para proteger a las abejas del frío y la lluvia. Si es necesario, se hacen pequeñas reparaciones o se sustituyen los cuadros más antiguos por otros nuevos, siempre utilizando materiales naturales y respetuosos con el medio ambiente.
Después, se realiza una limpieza cuidadosa del interior de la colmena, eliminando restos de cera vieja y posibles parásitos. Esta tarea es esencial para prevenir enfermedades como la varroa, uno de los principales enemigos de las abejas. Los apicultores de l’Avi Lluís utilizan métodos naturales de control, sin productos químicos, para garantizar que las abejas trabajen en un entorno sano.
Otro paso importante es preparar las reservas de alimento para el invierno. Cuando el frío reduce la floración, las abejas necesitan suficiente miel y polen para alimentarse. Si es necesario, se les añade alimento suplementario natural para ayudarlas a sobrevivir hasta la primavera.
Finalmente, las colmenas se colocan en un lugar bien protegido, con buena orientación solar y ventilación. Así, cuando llega el buen tiempo, las colonias estarán fuertes y listas para iniciar una nueva temporada de polinización y producción de miel.
El cuidado de las colmenas es una tarea paciente y constante que refleja la dedicación de los apicultores. Gracias a este trabajo silencioso durante el invierno, cada primavera vuelve la magia de las abejas… y la dulzura de la miel de l’Avi Lluís.







